Betty y su hija migrante

“Apóyeme mama, yo la voy a apoyar a usted para que tenga su casa”

Con esas palabras, Dayana de 23 años, convenció a su mamá de empeñar la escritura de su terreno en seis mil dólares, para que ella se aventurara en búsqueda del sueño americano.

La joven partió con poca cosa en una mochila y la promesa de recuperar los papeles y hacerle su casa. “Yo le dije: sí hija, te voy a apoyar, aunque no me des casa, eso no importa”, relata Betty, la madre. Con la bendición de Dios y su madre Dayana llegó a Estados Unidos, pero estuvo el primer mes sin ropa, sin comida y sin trabajo.

Al conocer la historia, unos amigos de la familia le dijeron que se moviera a Nueva Jersey que le apoyarían para que pudiera recuperar la escritura de la casa, y en cinco meses logró pagar la deuda con el prestamista.

“Dios es maravilloso, mi niña trabajaba solo para pagar esa deuda y apenas canceló vinieron a decirme del proyecto, y yo ya tenía mis papeles en mano. Ella me apoyó haciendo el murito y ahora ella está feliz, muy feliz, tanto que me dice que al ver la casa así bonita hasta le dan ganas de regresarse”, nos relata Betty.

 

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