“Me emociona la idea de un viaje espacial, estar en la NASA; ver el cielo y las estrellas”…
Francy López Bonilla, Coordinadora de Desarrollo Comunitario en Hábitat para la Humanidad Nicaragua; una mujer polifacética, curiosa y apasionada.
Si tuviéramos que describirla en una sola frase diríamos que: la Francy es buena onda. Amante de la buena comida, la música disco ochentera y de los ‘perrijos’, esta leonesa, lleva doce años trabajando en Hábitat para la Humanidad Nicaragua, llegó a darle forma al área de Desarrollo Comunitario y asegura que nunca deja de hacer cosas nuevas y es justamente eso lo que la mantiene motivada.
Se graduó de ingeniera civil, y trabajó gran parte de su vida en esa área, pero antes romanceó con la medicina y hasta tuvo un desliz con el derecho, amén de sus años como líder estudiantil. Además participó en procesos sociales del país, como la alfabetización, cortes de algodón y café y trabajó en proyectos sociales con las comunidades de su natal León.
“De chiquita yo quería ser doctora porque crecí viendo a mi madre enferma. Ella trabajaba en el mercado y tenía problemas con una úlcera, pasaba el día de pie, entonces yo le decía cuando crezca voy a ser doctora y te voy a curar. Me acuerdo que había un señor, don Chico, que era carretonero y usaba unas sandalias hechas de llanta, cargaba un montón de cosas y yo le decía que lo iba a curar a él también”, nos relata Francy.
Fue justamente durante su infancia, viendo a sus padres trabajar en el mercado de León que nació su amor por trabajar con la gente. “Mi momento favorito cuando me quedaba ayudándole a mi mama en el mercado, era cuando yo le decía que tenía hambre y ella me decía, andá donde doña Modesta y pedí lo que querrás, ahhh, palabras mágicas.Doña Modesta era una señora que llegaba a las 11:30 de la mañana, ponía su mesita, acomodaba sus pailitas y tenía un menú espectacular”- sonríe nostálgica.
Así de detallista es Francy, y así de privilegiada la memoria que tiene para recordar cada detalle, de cada una de las facetas de su vida.
¿Cómo fue el regreso a la universidad y por qué ingeniería? Para los 90, ya tenía a mi bebecito, el mayor, mi Cocoliso. Tenía mi pareja, entonces él me convenció de venirnos a Managua, me puse a ver las opciones y me gustó la ingeniería porque yo siempre había hecho cosas, hacía fortalezas, construía casas con los tejados, yo pasaba jugando con materiales de construcción, yo siempre he sido bien curiosa.
¿Y dónde ejerciste? Trabajé en la alcaldía, con la empresa privada y un proyecto del Minsa. Descubrí cosas que no sabía hacer y también descubrí que prefiero dar mi tiempo a los sectores más vulnerables.
Entonces ¿cómo llegaste a Hábitat?
Yo estaba en una organización donde trabajé en la construcción de la estrategia de desarrollo territorial, también tuve la oportunidad de hacer dos diplomados: educación para la vida y cooperación al desarrollo; construímos la estrategia de gestión de riesgo, la de género, la de educación pero lo mejor de ahí fue aprender qué cosa es desarrollo, que pienso es como el santo grial. Luego de ahí fue que llegué a Hábitat, apliqué para un puesto y me propusieron otro. Comencé el primero de julio del 2010, la primera persona que me recibió fue Fanny (q.e.p.d) y me hizo sentir bienvenida, cómoda.
¿Y cómo definirías vos el desarrollo?
El desarrollo es un despertar, en el sentido de: qué es lo que querés, por qué lo querés, y trabajar por eso. Y en la medida en que una comunidad responda esas preguntas juntos y lleguen a acuerdos, para mí eso es el desarrollo.
¿Cómo era el área de Desarrollo Comunitario? El área no existía, al menos cuando yo llegué, no existía, lo que sí hacían era dar Educación Financiera y me pareció genial. Esta área era la cenicienta de Hábitat, luego fue entender en qué proceso estaban comencé a trabajar en la estrategia y ese documento sigue ahí todavía, es como mi guía. Y bueno, entender que el trabajo de DR es de todos en Hábitat, y en eso hemos avanzado, antes solo nosotros capacitábamos y ahora ves a unas soluciones habitacionales capacitando.
¿Cuál ha sido el reto más difícil?
Desarrollar una propuesta educativa que complemente la parte constructiva, y que permita que Hábitat rescate la centralidad de las personas, porque vos podés crear una casa pero eso satisface una necesidad, pero no pusiste a las personas en el centro; y con nuestra metodología de vivienda saludable sí ponemos a la familia en el centro. Otro reto fue empalmar el proceso de diagnóstico y planificación comunitaria, y entrar dialogando con las comunidades.
Y la mayor satisfacción
Creo que la parte de los materiales, la parte educativa-bibliográfica que hemos logrado. Dicen que las palabras se las lleva el viento pero lo que está escrito, no. Esa parte es como mi legado, de lo que yo estoy más orgullosa.
Una anécdota que te haya marcado
Para mí es el abrazo de la gente, me quedo con una en particular…me acuerdo que después del acto se me acercó doña Estelita que es una señora que hace tortillas, una señora muy querendona, cuando ellas están llegando va con las manos extendidas y nos abrazamos y fue una cosa impresionante. Ella estaba contenta de todo lo que había logrado. También un muchacho que trabaja en la cervecería y estaba capacitándolo en educación financiera, él iba a hacer un préstamo y se dio cuenta que no necesitaba hacerlo porque tenía capacidad de ahorro.
Has hecho de todo un poco en tu vida…
La verdad es que a mí todo me llama la atención, soy curiosa, si me preguntas qué me hubiera gustado aprender, te digo que de todo un poco. Me gustaría aprender de agronomía, la sociología la he estado leyendo, me llama el tema de la comunicación y lo básico para curar, ya no estoy entusiasmada en hacer una cirugía a corazón abierto. Me emociona la idea de un viaje espacial, estar en la NASA; ver el cielo y las estrellas. Si volviera a nacer esa parte me gustaría.