Managua 5 de mayo, 2020.
A unos 50 kilómetros al sur de Managua, se encuentra la comunidad El Hato del municipio de San Rafael del Sur, un área semi rural donde las familias viven de las ventas informales y la agricultura. A primera vista el sitio resulta inhóspito, la combinación de altas temperaturas y polvareda durante el verano, hacen pensar que no es el mejor sitio para vivir.
Sin embargo, sus pobladores saben que en realidad viven en una zona privilegiada, rodeados de ríos, naturaleza y áreas para cultivar sus alimentos. Uno de esos habitantes es Denis, de 46 años, quien está ansioso porque caigan las primeras lluvias de mayo para sembrar su plantío de sandías en el patio de su nueva casa.
“Cuando ustedes regresen, todo esto va estar lleno de sandías…ahí va a ver”, nos dijo Denis, quien es una de las 20 personas que se aliaron con Hábitat para la Humanidad Nicaragua, para tener una vivienda digna, a través del proyecto de Viviendas Semillas que se ejecutó entre los meses de febrero-mayo del 2020.
Las casas se construyeron gracias a la generosidad del empresario estadounidense Matt Curtis, quien tiene como meta de vida construir mil casas en Nicaragua para igual número de familias. En el proyecto de El Hato la inversión fue mayor a U$100,000.
Un proceso minucioso
“Lo importante para nosotros es entregarle a las familias una vivienda segura en todos los aspectos, incluyendo la salud y la mejora de la convivencia en este nuevo espacio familiar” nos explica Liza Rivera, Gerente de Desarrollo de Recursos para Hábitat en Nicaragua.
Para elaborar un proyecto de construcción de viviendas, el equipo de Hábitat para la Humanidad Nicaragua, realiza un estudio de la comunidad y la situación de pobreza en este espacio, trabajando de la mano con líderes comunitarios y autoridades correspondientes.
Para que las familias puedan aliarse con nosotros, existe un criterio de selección que consiste en contar con un ingreso igual o menor a 3 salarios mínimos, seguridad en la tenencia de la propiedad, contar con un lote con el espacio suficiente para el emplazamiento del módulo, que además esté ubicado en una zona libre de riesgos; y aportar con mano de obra no calificada durante la construcción.
Las familias de El Hato, aportaron U$200 para la construcción de sus viviendas y participaron en capacitaciones sobre temas como: Educación Financiera y Vivienda Segura, esta última aborda temas de cuido en el hogar, distribución de los espacios, limpieza e higiene.
35 años en Nicaragua
Hábitat para la Humanidad Nicaragua es una organización no gubernamental, que tiene más de 35 años de trabajar en el país, promoviendo el derecho a la vivienda digna en las familias y en la mejora sostenible del Hábitat. Hasta la fecha hemos apoyado a más de 12,000 familias y más de 48,000 personas con nuestros proyectos y programas.